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martes, 28 de abril de 2009

Cómo tener éxito en una entrevista de Trabajo

Un tema muy importante a la hora de buscar y "conseguir" laburo. Está muy interesante. Lean...


En época de crisis económica, conseguir un trabajo es todo un "trabajo".

En la actualidad hay pocos puestos laborales en el mercado para muchas personas que intentan tomarlos. Por lo cual estar capacitado no es suficiente si no se logra superar la entrevista de trabajo.

Demostrarle al entrevistador que estás capacitado, motivado, con ganas de crecer de aprender y de que sos el indicado para el puesto de trabajo ofrecido no es fácil.

Aquí van algunos aspectos importantísimos que deberías tener en cuenta a la hora de ir a una entrevista laboral:


  • La primera impresión: especialistas en Recursos Humanos recomiendan ropa formal y conservadora.
  • La puntualidad es fundamental. Llegar tarde a la entrevista puede interpretarse como falta de interés o responsabilidad.
  • Informarse lo más que se pueda sobre la actividad de la empresa.
  • Llevar una copia del CV, preparar la entrevista: recordar aspectos que desees resaltar y puntos de tu persona que al entrevistador que creas que puedan interesarle.
  • Ser uno mismo, durante la entrevista.
  • La honestidad: no hay necesidad de mentir.
  • Hablar de forma correcta y con pausas y, mirar a los ojos al entrevistador, esto es muestra seguridad. Es tan importante lo qué se dice cómo la forma en que se dice, esto es, el tono de voz, postura, gestos de la cara y cuerpo en general, comunican mucho sobre la persona.
  • Mostráte interesado por el puesto, pero no desesperado.
  • Hay que recordar para qué empresa querés trabajar y resaltar en qué podrías ser útil allí.
  • NO a los nervios: si no los podés evitar, aprendé a controlarlos, no gesticules con exageración, no te balancees sobre la silla, etc.
  • Tomate tu tiempo para pensar y responder al momento de las preguntas, (que no sea tampoco una eternidad). Se recomienda respuestas cortas con mucha e importante información, osea, claro, conciso y sin vueltas.
  • ¿Por qué deben contratarte a vos y no a las otras personas que también se postularon?, para éste fin el entrevistador puede recurrir a preguntas que abarcan desde tu personalidad, formación, experiencia, valores, hasta aspectos que ni te imaginás.
  • Ensaya la forma en que responderías preguntas como:

¿Por qué te fuiste de tu trabajo anterior?, ¿por qué te interesa la empresa?, ¿cuáles son tus fortalezas y debilidades?, ¿cuál sería el empleo ideal?, ¿preferís trabajar en equipo o solo?, ¿cómo te describirías?, ¿qué pensás sobre la felicidad?, ¿cuáles son tus aspiraciones?, ¿qué logros has alcanzado?, ¿por qué elegiste la carrera que estudiás?, ¿cuáles son tus hobbies?, ¿qué preguntas te gustaría hacerme?, ¿qué te ves haciendo dentro de cinco años?

  • A finalizar la entrevista, agradece por la oportunidad ofrecida.
  • Por último, luego de la entrevista, analiza lo bueno y lo malo de dicha experiencia, esto es útil para próximas etapas de la selección de personal o futuras entrevistas.

Fuente: Publicación para Pequeñas y Medianas Empresas.

domingo, 22 de febrero de 2009

Liderazgo consciente y responsable



Todas las personas, además de traer consigo los elementos culturales de la sociedad a la que pertenecen, cuentan con un determinado “poder” para imponer su cultura a los demás. Cuando alguien desarrolla ese poder, se convierte en “líder” que aprende a utilizar los recursos para persuadir, convencer o manipular a la gente, con sus muy particulares intereses que pueden estar a favor o en contra de los intereses fundamentales del grupo.

Cada grupo u organización puede diseñar y enriquecer su cultura. Normalmente, el líder la impone, pero pocas veces con los elementos más adecuados y convenientes. Aunque sea muy grande el grupo, siempre es posible identificar al líder (o líderes) real(es) y los valores que promueven o inculca(n) a los demás.

Un buen líder orienta la cultura de su organización, se da cuenta y se responsabiliza de las divergencias culturales que confronta y resuelve, para evitar cualquier “lucha de poder”. Cuando dos o más líderes en desacuerdo tratan de imponer sus creencias, decisiones y lucha a los demás, adoptan la posición “Yo estoy bien, tú estás mal” y, para ganar la contienda, consiguen el mayor número de seguidores leales, convencidos y con la misma posición.

El padre o la madre de familia, el entrenador deportivo, el maestro de clase o el gerente de empresa son, por tradición, los líderes designados para hacer una cultura productiva y para formar líderes que puedan consolidarla y enriquecerla. Cuando una persona o un grupo llega a tener más poder que el líder designado, se establecen y orientan valores ajenos a la organización. Esto funciona como el "virus" de una computadora. El líder no reconocido "instala” ese virus que puede afectar, poco o mucho, el sistema, la estructura, la comunicación y/o los resultados.


En la actualidad, cualquier persona puede incrementar su poder, comunicarse intensamente, conseguir adeptos y ser un buen líder. Sólo necesita conocer o identificar valores de interés común, valores importantes que le sirvan de bandera para conseguir afiliación y poder en contra del poder establecido.

El líder moderno — ya sea gerente, director, padre de familia, entrenador o profesor — también puede tener y utilizar todos aquellos valores que afectan directamente su productividad, e incrementar su poder para orientar y gobernar intencionalmente la cultura de su organización.

Los seres humanos respondemos a dos grandes fuerzas internas: una nos aferra a la seguridad y a la comodidad, a las posiciones defensivas y al pasado, y la otra nos enfrenta con coraje y determinación a la vida productiva, corriendo los riesgos y descubriendo todos los días nuestro verdadero potencial.

Cuando alguien se orienta hacia la comodidad, en un estado de pereza mental y carencia de compromiso, deja de luchar por su dignidad y riqueza productiva. Entra en una zona de confort donde hace lo sencillo, placentero, fácil o divertido, evitando el esfuerzo, los problemas y las dificultades. Desarrolla una cultura poco productiva. Posteriormente, busca algo o a alguien de quien depender, perdiendo, sin darse cuenta, su gran potencial. Encuentra posiciones de falso bienestar que justifica reiteradamente para no enfrentar su realidad. Con poca visión y conciencia, “busca desesperadamente el placer y evita el dolor a corto plazo”

Cuando nos orientamos hacia una vida rica y productiva, aprendemos a tomar decisiones cada vez más complejas, aprovechando cada uno de nuestros recursos internos y externos. Solamente así, nos volvemos más eficientes para cumplir y conseguir todo aquello que nos proponemos. Con mayor conciencia, “buscamos el placer y evitamos el dolor a largo plazo”

Con las personas que se ubican en la primera posición no es posible promover una cultura más inteligente y productiva; pero con la gente abierta al cambio y con ganas de conseguir su propio desarrollo es muy fácil lograrlo, porque ellos mismos la están buscando.

Podemos convencernos y creer que siempre vamos a mejorar nuestra capacidad productiva, pero también podemos convencernos de lo contrario. En el primer caso, vamos a comprometernos a producir cambios para mejorar gradualmente; de lo contrario, vamos a justificarnos para demostrar que no es posible hacerlos.

Todo cambio se produce cuando empezamos a creer en algo diferente a lo que hemos venido pensando o haciendo. Todos los días cambiamos, pero lentamente, sin darnos cuenta, y en algunos casos, sin mejorar... o empeorando las cosas. La idea es tomar conciencia y cuestionar a fondo la conveniencia de los valores que incorporamos a nuestra cultura personal.

Cuando las personas se convencen de tener una capacidad por encima de lo que realmente pueden hacer (sobreestimación), establecen y comunican compromisos que parecen verdaderos, pero son falsos. Cuando, por el contrario, se convencen de tener una capacidad por debajo de lo que realmente pueden hacer (subestimación), establecen y comunican compromisos poco significativos o no se comprometen. Éstas personas no son verdaderos líderes.
En la administración de la energía emocional del sujeto (Ser Humano) dentro de la empresa, es tan importante tener en cuenta los intereses individuales, como también los objetivos o intereses fundamentales del grupo y de dicha organización. Por tanto, el logro del desarrollo adecuado del individuo dentro de una empresa implicará la correcta discriminación de los estados emocionales productivos de aquellos que resultan ser improductivos.

Las emociones (placenteras: alegría-gozo, afecto, sexualidad; displacenteras: tristeza, miedo, cólera-ira) son consideradas un conjunto importante de recursos, que bien utilizados, ayudan al ser humano a resolver problemas o situaciones específicas agradables o desagradables. Todas tienen funciones especificas diferentes, todas son útiles y favorables, por lo tanto, ninguna emoción puede ser considerada negativa. Cuando se utilizan mal, no se aprovechan adecuada y oportunamente los recursos: falla la comunicación, la memoria y el pensamiento racional e intuitivo; la imaginación se desborda y se establecen programas inadecuados en la cultura personal.

El conjunto de emociones es considerado también un sistema programado genética y culturalmente que responden a las necesidades básicas e imponderables del Ser funcionando en el organismo como mecanismos automáticos de estimulación, protección y supervivencia.

Por tanto,"un estado emocional será productivo cuando para el sujeto que lo experimente y para las personas, animales o cosas afectadas, exista algún beneficio comprobado y una evidente utilidad"; por lo que existe cierto grado de interés por mantenerlo, debido al resultado favorable que arroja.

"Tenemos estados emocionales improductivos, poco productivos o destructivos; cuando no expresamos oportuna y adecuadamente nuestras emociones o, cuando expresamos cualquier forma de resentimiento". Esto afecta negativamente al individuo y a la organización.



Los resentimientos son sentimientos inadecuados y patológicos fomentados por nuestra cultura familiar y social, que sustituyen a las emociones auténticas. Son emociones reprimidas y acumuladas, que se expresan en forma rebuscada o artificial y que reemplazan a las emociones naturales por causa de inducciones culturales autoritarias como: no llores, no grites, no seas cobarde, se valiente, el sexo es malo, etc...


Causales de efectos negativos a nivel individuo y organizacional:

Surgen de los estados emocionales reprimidos:


Cuando nuestro sistema de creencias reprime la alegría, se expresa por sustitución falsa tristeza, angustia, rabia, etc.

Si está prohibido el afecto, se expresa vergüenza, ira, timidez, etc.

Cuando se reprime la sexualidad, se puede expresar depresión, ansiedad, histeria, rabia u otras deformaciones y perversiones solitarias.

Si se reprime la tristeza se expresa falsa alegría, resentimiento, rabia, etc.

Cuando sé prohibe el miedo se expresa temeridad, machismo, sadismo, risa sin causa, falsa alegría, etc.

Si está prohibida la ira puede expresarse resentimiento, fobias, falsa tristeza, depresión neurótica, etc.


Pronto les comparto más...

(Extraído de un artículo que estuve leyendo sobre Inteligencia Emocional del libro DESPERTANDO AL GIGANTE INTERIOR de Anthony Robbins)

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